MARIDAJE


“Un queso roquefort va con vinos muy aromáticos que realcen el queso, las carnes rojas van acompañadas por vinos complejos y maduros, las carnes blancas van con vinos tintos sin mucha estructura compleja o con vinos blancos complejos de aromas de barrica de roble francesa, con las ensaladas van muy bien los vinos blancos aromáticos sutiles, los pescados o embutidos de sabores y aromas más intensos van con vinos más estructurados, intensos de aroma, de textura golosa y aterciopelada”, aseguró en el chat de hoy el sommelier Francisco Xavier Olivé. 

¿Cuál es el maridaje perfecto entre los vinos y la comida mexicana (pozole, chilaquiles, etc.)?
En la comida mexicana partimos de que se consume mucho picante y en pequeñas dosis le da exotismo al platillo, pero en grandes cantidades nos entume el paladar y lo deja insensible en lo sensorial, haciendo que el vino no nos sepa igual. Sólo los vinos tintos muy estructurados y complejos en aromas aguantan la carga de picante del plato.
¿Cuál es el secreto para lograr una combinación perfecta entre los alimentos y el vino?
El secreto es subjetivo de cada quien y gusto personal, tu gusto personal y tu ánimo son cosa que influyen en el maridaje. Hay maridajes genéricos, de contrastes, por zonas o regiones de acuerdo a un plato y un vino típico de la misma zona. Pero hay que evaluar el alimento y el vino para que llenen esa armonía en su máxima plenitud.
¿A qué se debe la gran diferencia de precios entre los diferentes vinos?
Sobre todo a la calidad del vino, a los parámetros que ha tenido el vinicultor para sacar ese precio, la crianza, en qué nivel de vino nos queremos clasificar, todo eso lo da el terruño y la valoración del vino para establecer parámetros.




EL MARIDAJE
Se le llama maridaje a combinar los alimentos con los vinos. El tipo de alimentos con que se puede combinar un vino es indispensable para tener armonía entre los sabores de la bebida y los de la comida. También la textura y el aroma de los platillos tiene que ver con la decisión de cuál vino elegir para acompañar a los alimentos. El maridaje puede ser de dos tipos:
Por complementación: Los sabores del vino y de los alimentos son parecidos, por lo tanto se refuerza la gama de ambos sabores. Por ejemplo, un alimento suave intensifica el sabor de un vino suave y viceversa. Los vinos dulces servidos con tartas de fruta hacen un maridaje por complementación.
Por contraste: La intensidad de los sabores del vino y de los alimentos es distinta. Un buen contraste permite resaltar uno de los dos o enfrentarlos, si es que ambos tienen mucho carácter. Es el caso de los quesos fuertes como el Roquefort, que necesitan vinos tintos de mucha robustez como los de Rioja, Burdeos o Borgoña. Pero es importante cuidar bien el tipo de contraste, porque un alimento muy poderoso puede opacar por completo a un vino suave, y un vino de gran carácter dejará atrás a un alimento muy delicado.
Hay diferentes maneras de buscar la unión entre el vino y los alimentos, puede ser que prefieras la complementación o que elijas el contraste entre los sabores. Vale la pena probar estas dos combinaciones, pero también rompiendo reglas puedes conseguir excelentes resultados.


¿A qué se llama maridaje?

El término maridaje proviene del francés “maridage” que en su origen refiere a la idea de unión o “casamiento”. Con la generalización de su uso, “maridaje” se comenzó a aplicar al proceso o arte de “casar” o unir elementos, principalmente para referirse a la combinación de comidas y vinos, ya que es esta la bebida alcohólica básica en nuestras mesas.

La finalidad del maridaje es combinar las cualidades del vino con los ingredientes de la comida para lograr una armonía entre los sabores. Una unión es exitosa cuando logra potenciar lo mejor de cada una de las partes, es decir, cuando el vino que elegimos es el que mejor acompaña a nuestro plato, cuando ambos se respetan y se mejoran.

“Maridar” es hacer de esa combinación una experiencia extraordinaria, superior a la de las partes por sí solas. Y el objetivo de mínima es que ellas “se respeten”, es decir que ninguna de las partes anule, perjudique o eclipse a la otra.


¿Cuáles son las normas básicas del maridaje?

A la hora de pensar una combinación, generalmente se parte de la comida y en función de ella se piensa en cuál es el vino que mejor “marida”. No es habitual (aunque sí posible) que se haga a la inversa. Para decidir sobre esa unión existen dos conceptos básicos: estructura y permanencia.

La estructura tiene que ver con el volumen y el nivel de grasa que contiene un alimento. Y la permanencia hace referencia al tiempo que persiste el sabor del vino en la boca.

Una buena combinación debe equilibrar el sabor y la consistencia tanto del vino como de la comida.

La consistencia de un plato debe ser contrapesada con la del vino. Ejemplo: un pescado con una salsa blanca ligera se puede combinar con el cuerpo más espeso de un Chardonnay.


¿Por qué es importante el maridaje?

El maridaje está al alcance de todo el mundo. Y los amantes de este arte aseguran que si no se lo tiene en cuenta, se puede arruinar el placer de comer y de beber.
El maridaje permite armonizar los elementos y disfrutar del momento. Si uno presta atención, se pueden respetar las recomendaciones. Lleva tiempo adquirir algunos criterios, y es conveniente poner la cabeza en cada momento, en cada experiencia, para empezar a saber qué le gusta a una misma.

Por eso es muy importante el registro de experiencias sensitivas, y la adquisición de herramientas que nos permitan después disfrutar. Hay que aprender a entender el propio paladar. De esto se trata.


Combinaciones clásicas de maridaje


Si bien en temas de vinos y comidas lo que prima es dejarse llevar por lo que a uno le gusta, existen algunas recomendaciones “clásicas” sobre el mejor modo de combinarlos. Aprender estas “reglas básicas” puede ser la clave para obtener una combinación que resulte exitosa:



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